Las consecuencias de las situaciones y los problemas desencadenantes que conllevan las acciones de uno.
Qué loco, no?
Las acciones pueden desencadenar una ola de hechos de miles formas, colores, sentimientos.
Es como simplemente empujar una tablita de dominó, se va todo a la mierda, sabías?
De lo bueno a lo malo, de lo malo a lo bueno.
De lo real a lo falso, arriba, abajo, a través, por encima y el centro.
De una forma u otra, todo lo que hacemos tiene una finalidad, un desenlace, para bien . . . para mal.
Acaso está bien todo lo que hacemos?
Te arrepentís de tus acciones en el plano físico? en tu vida? en este segundo, en este momento ?
Volverías el tiempo atrás?
Me gustaría poder no corromperte con toda mi brea interior.
No quemarte con ello.
Siento que siempre que toco algo lo rompo, lo daño, lo corrompo, lo estropeo, lo hago mierda.
Lo transformo para odiarme.
Básicamente lo transformo en un reflejo de todo mi interior, de
lo que me demuestro y de lo que me cuesta llegar a hacer . . .
Transferir sentimientos.
Eso es.
Hasta que no aprenda a amarme más no voy a poder.
Hasta que no deje de amarme tanto no voy a poder.
Mi defecto . . . Mi virtud.
La ambigüedad de la vida es lo que me corrompe , lo que creo llena mi interior.
Pero me vacía más.
Es gracioso vivir engañándose, acaso la vida se basa en eso? En
ese pensamiento de felicidad utópica, irreal, es un sueño poder ser
feliz acaso?
Respiramos aire irreal, felicidad irreal, realidades indiferentes a lo que deseamos realmente.
Una palabra.
Decila.
¿Qué te hace feliz?
Unos días atrás me encontraba flotando en el medio de la oscuridad, en el frío, llevándome lentamente.
No pensaba en nada, solo me dejaba ir.
Me iba.
Quiero irme.
Me frustra intentar llenarme con un poco de esa felcidad utopica irreal, falsa y tonta que absolutamente todos pueden sentir.
Yo no.
Nada de lo que hago parece ser suficiente para complacer, vivir, respirar . . .
Lo malo en el paraiso.
El infierno.
Perfección . . .
Acercarme a eso es dañarme, aun más de lo que puede demostrar mi piel.
No puedo dejarlo ir, me acerco . . . Me acerco.
Entonces vienen las resoluciones finales.
El final del cuento.-