Recuerdo que en las mañanas solíamos despertar congelados sumisos a la simple idea de la partida.
Un día más,un día menos.
El frío del invierno y tu piel.
Mi
garganta que no pudo soportarlo más,tuve que dejarme morir
peleando,en la lucha inevitable para perderte,para tan
solo mirarte partir sin poder hacer nada.
Resignación absurda.
Porque sabés muy bien que la vida es así,todos somos así.
Y no quieras creer que te odio por no poder derramar lágrimas sinceras,sabes muy bien qué eres mi debilidad,siempre lo has sido.
No tengo idea que tienes,que podría quedarme observándote por horas, muda, vulnerable,
acaso tengo que recordártelo?
Ya ni sé que mierda estoy diciendo.
Te pedí muy bien que dejes de violar mi cerebro.
Pobre y absurdo príncipe.
Lo siento peque,me das insomnio-
-Si,lo sé.
Lo siento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.